Entradas

Última

Imagen
  En la escuela siempre me elegían última en educación física. Era malísima. Me acuerdo que lo que más me alegró cuando me entregaron el título secundario fue la certeza de no tener que ir más a soportar la tortura de jugar al vóley o al básquet. Pero estaba equivocada. El fantasma de la actividad física me persiguió hasta 8000 kilómetros de casa. Tenía 19 años. Estaba en un curso corto con gente de todo el mundo en e-Swatini, África. Ese día nos habían propuesto una especie de expedición grupal que consistía en hacer una especie de senderismo en una especie de montaña. A las 11 de la mañana un día soleado de verano de treinta y largo grados. Se podía elegir entre el hiking fácil o el difícil. Yo hubiera preferido elegir quedarme durmiendo la siesta en la sombrita de los árboles de la puerta del parque, pero, bastante pendiente del qué dirán, anoté mi nombre en la cartulina del "grupo fácil". Empezamos a caminar en fila india los 20. Yo marchaba. Me generaba confianza pensar ...

Solo

Imagen
  -Lo estuve pensando mucho y me di cuenta de que quiero estar solo. Me atraganté con la medialuna que estaba engullendo. Manoteé rápido el vaso de soda que me habían servido con el café y le di un sorbo largo. Eran como las seis y media de la tarde de una tarde de verano, pero el calor no daba tregua. Esa esquina palermitana de sillas industriales y lucecitas de colores en la vereda desencajaba en la escena. -No es personal con vos. Sos re buena piba. El pibe y la piba habrán tenido unos veintipico de años. Veinticortos. Ponele. A él, rubio de cejas despeinadas y mirada serena, las glándulas sudoríparas le estaban jugando una mala pasada. A ella, morocha de melena leonina, ojos azules y semblante cansado, con cada palabra de él la piel se le transparentaba un poquito más. Como si fueran baldazos de hielo. Yo estaba sentada en la mesa de al lado. El café era malísimo pero me gustaba aprovechar la promoción vespertina de ese lugar y tomar un poco de aire fresco y juvenil de ese barr...

Alicia en el país de las pesadillas

Imagen
Por Rocío Mendelovich —Entraron a patadas, me pusieron un pullover en la cabeza y rompieron todo. Me llevaron en un auto con los pies de ellos encima. Me pegaron un culatazo. Cuando me desperté, estaba desnuda arriba de una mesa donde empezaron a picanearme. —Después de años de exilio, Ana le contaba a su amiga Alicia por qué se había ido del país en 1976. Esa noche de marzo de 1983 se reían a carcajadas. Se reían para no llorar.  De izquierda a derecha: Ana y Alicia. Fuente: https://www.elcohetealaluna.com/la-historia-del-manana/ Ana le contaba cómo la habían torturado, cómo se había salvado de las violaciones.  —Había mujeres embarazadas que perdían allí a sus hijos. Y otras que se los llevaban, pero volvían solas. Porque a los chicos se los daban a esas familias que los compran sin preguntar de dónde vienen —Quizás esas palabras de Ana llevaron a Alicia a cuestionarse lo que pasaba a su alrededor. Ella, esposa de un empresario amigo de la dictadura militar, no sabía nada....

“Carmel”: un crimen sin resolver con la justicia argentina en la mira

Imagen
  18 años después del asesinato de María Marta García Belsunce, el documental reaviva el interés por el caso que conmocionó y dividió al país. Por Rocío Mendelovich El 27 de octubre de 2002, la socióloga de 50 años fue encontrada muerta en el baño de su casa por su marido , Carlos Carrascosa. Luego de un mes, una autopsia detectó que la habían asesinado de 5 balazos en la cabeza . A partir de ese momento, el caso invadió los medios de comunicación con teorías conspirativas e intriga acerca de un mundo exclusivo en el que pocos podían entrar . María Marta García Belsunce y Carlos Carrascosa.  El documental de Netflix estrenado el jueves 5 de noviembre vuelve a explorar a fondo el caso con testimonios, evidencias de la justicia y una estética exquisita. “Carmel” se volvió el preferido de los argentinos en dicha plataforma de streaming y también en los debates en Twitter. Pero, ¿cuál es el sello distintivo que trae dicha producción cinematográfica a la reconstrucción del crimen...

¿Qué pasó con Norma Penjerek?

Imagen
  Por Rocío Mendelovich E l 29 de mayo de 1962 Norma Mirta Penjerek se acomodó el blazer azul, se ató el pañuelo que le había regalado su prima y, por si acaso, se envolvió en una bufanda. Pese a las súplicas de su idishe mame , había decido caminar las diecisiete cuadras que la separaban de la casa de su profesora particular de inglés en esa tarde helada. La CGT había proclamado un paro general y, por ende, los colectivos no funcionaban con la frecuencia habitual.  “Pipi”, como la llamaban sus padres, pertenecía a una familia judía de clase media que vivía sobre la avenida Juan Bautista Alberdi al 3200, en el límite de los barrios de Floresta y Flores. Tenía 16 años, cursaba el 5º año en el Liceo de Señoritas Nº 12 y era hija única. Su padre, Enrique Penjerek, era empleado municipal, y su madre, Clara Breitman, enfermera.  La adolescente nunca más volvió a su casa. La clase de inglés se desarrolló sin sobresaltos en Boyacá 420. Pero cuando Enrique volvió del trabajo a l...